Una tormenta tropical es considerada huracán cuando sus vientos superan los 118 km/h.
Reciben el nombre de huracán cuando se producen en el oceáno Atlántico; tifón en el noroeste del Pacífico y ciclón en el Índico.
Causas.
Los huracanes consisten en vientos muy rápidos que soplan de forma circular alrededor de un centro de baja presión llamado ojo del huracán. Este centro se desarrolla cuando el aire cálido y saturado de las zonas de calmas ecuatoriales se eleva empujado por aire frío más denso. Desde el borde de la tormenta hasta su centro, la presión atmosférica cae bruscamente mientras que la velocidad del aire aumenta. Los vientos alcanzan una fuerza máxima cerca de los puntos de baja presión (en torno a 724 mm de mercurio o 0,85 atmósferas). El diámetro del área cubierta por vientos destructivos puede superar los 250 Km. Los vientos menos fuertes cubren zonas con un diámetro medio de 500 Km. La fuerza de un huracán se evalúa con un índice entre 1 y 5. El más suave, con categoría 1, tiene vientos de cuando menos 120 Km. /h. Los vientos del más fuerte (y menos común), con categoría 5, superan los 250 Km. /h. En el interior del ojo del huracán, que tiene un diámetro medio de 24 Km., los vientos se paran y las nubes se elevan, aunque el mar permanece muy agitado.
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